Nos dicen que recordemos los ideales, no al hombre, porque un hombre se puede acabar. Pueden detenerle, pueden matarle, pueden olvidarle, pero 400 años más tarde los ideales pueden seguir cambiando el mundo.
He visto con mis propios ojos el poder de los ideales. He visto a gente matar por ellos y morir por defenderlos. No se puede besar un ideal, ni tocarlo o cazarlo; los ideales no sangran, no sufren, y tampoco aman. Pero yo no echo de menos un ideal, echo de menos un hombre.
martes, 2 de diciembre de 2008
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6 comentarios:
V... qué grande que es!
y que bonita la novela y qué buena la película!
Me gusta tu blog, me seguiré pasando...
xao!
siempre he tenido interés x ver esta peli pero nunca la he visto xD
¡Deberias verla aladeyá!
V de viejo cabrón devuelveme la fianza.
Lo de echar de menos se termina pasando...
O te terminas acostumbrando...
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